Reflexiones de Amelie

Reflexiones de Amelie

Canción: La vals d'Amélie

Aquel día subí al tejado mientras pensaba que quizás no fuera tan extraño identificarse con su persona, con su forma de actuar. Descubrir el mundo desde las alturas, observar cada perspectiva de manera diferente, totalmente objetiva. Comienzo a desvariar y mi mente vuela, dejando fluir cada pensamiento como inconexas reflexiones de Amelie.

La capital amanece un domingo por la mañana, prácticamente desierta. Un quiosco abre como cada día y un caballero sale del mismo informándose sobre los últimos sucesos. Mientras caminan, un niño pequeño agarra la mano de su padre y otros dos algo más mayores siguen sus pasos, posiblemente rumbo a la iglesia o el parque, nunca lo sabremos. Puedo ver gran parte de Madrid, su particular skyline, una de sus carreteras nacionales y la desviación de la calle Alcalá hacia el barrio de la Elipa. Incluso allí, tan lejos, se divisa una difusa sombra cruzando un paso de cebra mientras tres coches esperan impacientes la ansiada luz verde del semáforo.

Pocos en la ciudad valoramos la importancia de un minuto de silencio. La contaminación acústica, una realidad, coches que circulan a toda velocidad y compiten por ser el más estridente. Un ruido que, si logras frenar un momento el loco reloj de las prisas, descubres bastante insoportable. Ajeno a todo esto, un hombre pasea a su perro con el periódico en la mano, no a mucha distancia de dos señoritas junto a sus respectivas mascotas, no paran de ladrar. Una mujer cargada con bolsos de la compra ve como ese motorista infringe las normas de tráfico para aparcar, a un camión de la basura le faltan escasos metros para arrollarle.

Hace frío y aun así un pájaro abandona su nido, dejándose llevar por el viento y sobrevolando a toda persona que camina indiferente por las calles. Es capaz de contemplar toda esta escena con total claridad, observando cada rincón de la inmensa ciudad mientras yo solo diviso una mínima parte, siempre atado a ese horizonte que sostiene mis pies. Las vistas son más espectaculares desde arriba y allí mismo sueño con volar, sentir la libertad del aire por cada extremidad, entender cada rincón de este mundo como mi propio hogar.

Compartir: